Nuestras vidas ocupadas hacen que las comidas sean apresuradas o comamos en el carro, yendo al trabajo, en el escritorio frente a una computadora, o acostados en el sillón viendo la televisión. Comemos sin pensar, sin importar si todavía tenemos hambre o no.
De hecho, muchas veces comemos por razones distintas al hambre, ¿cierto? Para satisfacer necesidades emocionales, aliviar el estrés o hacer frente a emociones desagradables como la tristeza, la ansiedad, la soledad o el aburrimiento.
La alimentación consciente es lo opuesto a este tipo de alimentación “sin sentido”.
Comer conscientemente no se trata de ser perfecto, comer siempre las cosas correctas o no volver a permitirte comer sobre la marcha. Tampoco se trata de establecer reglas estrictas sobre cuántas calorías puedes comer o qué alimentos debes incluir o evitar en su dieta.
Comer conscientemente, saborear la comida y sentirse en control.
Comer conscientemente es importante porque es un enfoque a largo plazo del comer, mientras hacer dieta es un enfoque a corto plazo.
Comer conscientemente es algo razonable y realista. No eliminas ninguna comida de tu dieta.
Beneficios del Mindful eating
Si prestas mucha atención a cómo te sientes mientras comes, la textura y el sabor de cada bocado, a cómo los diferentes alimentos afectan tu energía y estado de ánimo, puedes aprender a saborear tanto tu comida como la experiencia de comer.
Comer conscientemente puede ayudarte a:
- Reducir la velocidad y tomarte un descanso del ajetreo de tu día, aliviando el estrés y la ansiedad.
- Examinar y cambiar tu relación con la comida, ayudándote, por ejemplo, a darte cuenta de cuándo recurres a la comida por razones distintas al hambre.
- Mejorar tu digestión comiendo más lento y cómo resultado te sentirás con más energía.
Comer bien te ayuda a combatir el estrés, la ansiedad y el insomnio. Comer bien te hace sentir bien.